La rana y la gallina: adaptación de la fábula de Tomás de Iriarte
Había una vez una rana muy charlatana que vivía en un charco. Un día, escuchó a una gallina cacarear fuerte y sin parar. Molesta por el ruido, la rana le dijo:
—¡Vaya, vecina! No sabía que fueras tan ruidosa. ¿Por qué tanto alboroto?
La gallina, tranquila, le respondió:
—Estoy anunciando que acabo de poner un huevo.
—¿Un solo huevo? —, dijo la rana sorprendida. —¿Y haces tanto ruido por eso?
La gallina, sin perder la calma, contestó:
—Sí, un huevo solo, pero es importante. Yo cacareo porque he hecho algo útil. En cambio, tú graznas todo el día sin motivo, y no sirves de mucho.
Moraleja de la fábula La rana y la gallina
Hay quienes hablan porque tienen algo bueno que aportar y otros que solo hacen ruido sin razón.