Un toro y un becerro: adaptación de la fábula de Fedro
Había una vez un toro muy grande y fuerte que intentaba pasar por la entrada estrecha de un establo para llegar a su comida. Pero, por más que empujaba con sus cuernos, no lograba entrar, y estaba atascado.
Un pequeño becerro que observaba se acercó y le dijo: — ¡Señor toro! Tal vez si inclinas un poco la cabeza, podrías pasar más fácilmente.
Pero el toro, un poco molesto, le contestó: — ¡Calla, pequeño!¡Esa idea ya la conocía yo desde mucho antes de que nacieras!
Y así, aunque el toro ya sabía cómo hacerlo, prefirió ignorar el consejo del becerro solo por ser más joven.
Moraleja de la fábula Un toro y un becerro
No importa quién dé el consejo; siempre es bueno escuchar a los demás, incluso si son más pequeños o jóvenes que nosotros.