Un cojo a un mal hombre: adaptación de la fábula de Fedro
Un hombre cojo discutía con un hombre grosero, que no solo le decía cosas feas, sino que también se burlaba de su manera de caminar.
El cojo, molesto, le respondió: —Lo que más me duele es no poder alcanzarte para responderte como mereces—. Pero dime, —¿por qué te burlas de algo que no puedo cambiar?
Y continuó diciéndole: —Las personas solo deberían sentir vergüenza de lo malo que hacen, no de las cosas que les pasan sin que puedan evitarlo.
Moraleja de la fábula Un cojo a un mal hombre
No está bien burlarse de los demás por algo que no pueden cambiar; debemos ser amables y respetuosos con todos.