El pescador y el pececillo: adaptación de la fábula de Esopo
Un pescador lanzó su red al río y, al recogerla, encontró en ella un pequeño pez. Al verse atrapado, el pececillo le rogó al pescador:
—Por favor, déjame ir. Soy tan pequeño que apenas soy de provecho para ti. Si me dejas crecer, más adelante podré ofrecerte una mejor recompensa.
El pescador, sin dejarse convencer, respondió:
—Sería un error dejar ir la captura que ya tengo en mis manos por la promesa de algo que podría no suceder.
Y guardó el pequeño pez en su cesta.
Moraleja de la fábula El pescador y el pececillo
Es mejor aprovechar lo que tenemos en el presente que arriesgarlo todo por una promesa incierta del futuro.