El león y la liebre: adaptación de la fábula de Esopo
Había una vez un león que encontró a una liebre dormida en el bosque. Justo cuando iba a comérsela, vio pasar un ciervo grande y jugoso. Entonces pensó: —¡Esa es una mejor presa—! y dejó a la liebre para perseguir al ciervo.
La liebre, al escuchar el ruido, despertó y, sin pensarlo dos veces, salió corriendo y se escondió para ponerse a salvo.
El león, por su parte, corrió y corrió tras el ciervo, pero no logró atraparlo. Cansado y sin aliento, decidió regresar a buscar la liebre. Pero al llegar, se dio cuenta de que la liebre también se había ido y ahora se había quedado sin nada.
Entonces el león, decepcionado, se dijo a sí mismo: —Esto me pasa por querer más. Tenía una presa en mis manos y la dejé por algo más grande que ni siquiera pude conseguir.
Moraleja de la fábula El león y la liebre
No abandones lo que tienes seguro por algo incierto, porque podrías quedarte sin nada.