El perro y la oveja: adaptación de la fábula de Esopo
Un perro acusó a una oveja de haberle pedido prestado un saco de trigo, el cual ella nunca le devolvió. La oveja, asombrada, respondió que jamás le había pedido tal cosa, pero el perro insistió y decidió llevar el asunto ante un tribunal.
Para asegurar su triunfo, el perro presentó como testigos a tres animales que eran amigos suyos: un lobo, un buitre y un milano. Ante el tribunal, cada uno de ellos sin pruebas, pero favoreciendo al perro, testificó que la oveja le debía el saco de trigo.
El juez llamó al lobo primero: — Yo vi a la oveja tomar el saco de trigo —dijo el lobo con firmeza.
Después fue el turno del buitre: — Yo también lo recuerdo claramente —añadió el buitre.
El último que declaró fue el milano, que confirmó: — Sin duda, fui testigo de eso.
Con estas declaraciones, la oveja fue declarada culpable, a pesar de no deberle nada al perro. No teniendo cómo defenderse ante los falsos testigos, la oveja se vio obligada a pagar al perro por una deuda que nunca existió.
Moraleja de la fábula El perro y la oveja
Solo los malvados inventan mentiras para obtener beneficios a costa de otros.