El hombre y el bosque: adaptación de la fábula de Esopo
Un hombre fue al bosque en busca de madera para hacer un mango para su hacha. Al ver los árboles, les pidió una pequeña rama, diciendo que solo necesitaba un trozo pequeño y que no causaría ningún daño.
Los árboles, sintiendo que era una petición pequeña y razonable, decidieron concederle una rama. El hombre tomó la rama, fabricó el mango de su hacha y regresó al bosque, esta vez para talar los árboles con su herramienta completa.
Cuando los árboles comprendieron el error que habían cometido al permitirle llevarse la rama, se lamentaron, diciendo:
— Hemos sido ingenuos al ceder parte de nosotros mismos, pues ahora, con nuestra propia madera, él ha creado el instrumento de nuestra destrucción.
Moraleja de la fábula El hombre y el bosque
Es importante ser precavidos antes de conceder peticiones aparentemente inofensivas, ya que pueden tener consecuencias mayores y perjudiciales.