El pavo real a Juno: adaptación de la fábula de Fedro
Un día, el pavo real se acercó a Juno, la diosa que lo protegía, quejándose con ella: —Todas las mañanas escucho el dulce canto del ruiseñor al que todos escuchan y admiran; pero yo solo puedo emitir un graznido desagradable que causa la risa de los demás ¡No es justo!
Juno le respondió enfadada: —Tú tienes un plumaje hermoso y colores resplandecientes que ningún otro pájaro posee.
—¿Para qué los quiero, si no tengo una bonita voz?
—Cada ser tiene sus propias cualidades—, le contestó la diosa, —El águila posee las fuerzas, el ruiseñor la melodía y tú tienes la belleza. Aprende a estar satisfecho con lo que te ha sido dado y no envidies lo que otros tienen.
Moraleja de la fábula El pavo real a Juno
Todos tenemos cualidades únicas; compararnos con otros solo lleva a la insatisfacción.