El milano y las palomas: adaptación de la fábula de Fedro
Había una vez un grupo de palomas que vivían juntas y, aunque muchas veces lograban escapar volando de las garras de un milano, siempre vivían con miedo de ser atrapadas. El milano, cansado de ver cómo se le escapaban, decidió usar un truco para ganarse su confianza.
Un día, el milano se acercó a las palomas y les dijo: —Queridas palomas, ¿por qué siguen viviendo con tanto miedo y preocupación? Si me eligen su rey, yo me encargaré de protegerlas y asegurarlas de que nada malo les pase.
Las palomas, confiadas en las palabras del milano y deseando librarse de sus preocupaciones, decidieron hacerle caso y aceptaron que fuera su rey. Pero en cuanto el milano se convirtió en el «rey» de las palomas, comenzó a comérselas una por una y a tratarlas con sus garras afiladas.
Cuando ya quedaban muy pocas, una paloma, con tristeza, comentó: —Esto es lo que nos merecemos por confiar en alguien que solo quería aprovecharse de nosotras.
Moraleja de la fábula El milano y las palomas
No confíes en las promesas de quien solo busca su propio beneficio.