El león y el mosquito: adaptación de la fábula de Esopo
Un día, un león descansaba en la selva cuando un mosquito comenzó a molestarlo, volando alrededor de su rostro. El león, molesto, rugió:
— ¿Cómo te atreves, insignificante insecto, a desafiar al rey de la selva?
Pero el mosquito, lejos de asustarse, le respondió:
— No tengo miedo de ti. Eres fuerte, pero yo puedo ser más rápido y ágil.
Entonces, el mosquito atacó al león, picándolo en el hocico y en las orejas. El león intentaba golpearlo con sus garras, pero solo lograba lastimarse a sí mismo. Mientras tanto, el mosquito seguía atacándolo, esquivando cada intento de golpe. Finalmente, el león, agotado y cubierto de arañazos, se dio por vencido y huyó.
El mosquito, orgulloso de su victoria, se fue volando, pero, en su arrogancia, no prestó atención y quedó atrapado en una telaraña cercana. Allí, la araña lo atrapó y lo devoró.
Moraleja de la fábula El león y el mosquito
No subestimes a los pequeños ni te confíes en la victoria, pues el peligro puede estar donde menos lo esperas.