El león y los tres toros: adaptación de la fábula de Esopo
En una pradera, vivían tres toros que eran grandes amigos. Siempre pastaban juntos y se cuidaban unos a otros. Su unión los hacía fuertes y protegidos, y ningún depredador se atrevía a enfrentarse a ellos, pues sabían que juntos eran invencibles.
Un león, que rondaba la pradera, observaba a los tres toros desde lejos. Sabía que, mientras estuvieran unidos, no tendría ninguna oportunidad de cazarlos, pero deseaba atraparlos. Entonces, el león, astuto y paciente, decidió separarlos para hacerlos más vulnerables.
El león se acercó a cada toro por separado y, con palabras maliciosas, comenzó a sembrar desconfianza entre ellos.
— Amigo toro —, le dijo el león con voz suave, — he escuchado que tus dos amigos han planeado comerse el mejor pasto mientras tú duermes.
Poco a poco, los toros empezaron a desconfiar unos de otros y, finalmente, decidieron distanciarse y pastar cada uno en una parte diferente del campo.
Al verlos separados y sin la protección de su unión, el león atacó a cada uno por separado. Uno a uno, los toros fueron derrotados por el león, quien consiguió lo que tanto había deseado gracias a su astucia y a la desunión de los toros.
Moraleja de la fábula El león y los tres toros
Quien siembra desconfianza entre amigos busca aprovecharse de su debilidad; pero si permitimos que la desconfianza nos separe, nos volvemos vulnerables.