El jardinero y su amo: adaptación de la fábula de Tomás de Iriarte
En un bonito jardín lleno de flores, había una fuente grande con un estanque donde vivían peces. El jardinero que cuidaba del jardín tenía la tarea de regar las flores y también de asegurarse de que los peces tuvieran suficiente agua para nadar.
Un día, el jardinero se concentró tanto en regar las flores que casi dejó sin agua el estanque, y los peces no podían nadar bien.
Al verlo, el dueño del jardín le dijo: —Por favor, no descuides a los peces. Me gusta tener flores, pero también quiero ver a los peces felices en su agua.
Entonces, el jardinero empezó a hacer lo contrario: dejó de regar las flores para que el estanque no se quedara sin agua. Pero, con el tiempo, las flores comenzaron a secarse y marchitarse.
Cuando el dueño volvió al jardín, se dio cuenta de que las flores estaban todas secas y tristes, y le dijo al jardinero: —No te enfoques tanto en una sola cosa. Quiero que cuides de las flores y de los peces al mismo tiempo.
Moraleja de la fábula El jardinero y su amo
Es importante aprender a cuidar de varias cosas a la vez, buscando siempre el equilibrio.