El gallo y la perla: adaptación de la fábula de Fedro
Había una vez un gallo que, muy temprano por la mañana, estaba escarbando en el suelo en busca de algo de comer. Mientras picoteaba entre la tierra y las piedras, de repente encontró una hermosa perla brillante.
—¡Vaya! —exclamó el gallo, sorprendido—. ¡Qué cosa tan bonita! Pero ¿de qué me sirve una perla? No puedo comérmela, y yo solo necesito algo para llenar mi estómago.
El gallo miró la perla una última vez y luego la dejó en el suelo.
—Si alguien que colecciona joyas la encontrara, seguro que la apreciaría mucho más que yo —dijo el gallo—. Yo prefiero un simple grano de maíz.
Y así, el gallo siguió picoteando hasta encontrar algo que realmente le sirviera de alimento.
Moraleja de la fábula El gallo y la perla
Las cosas tienen valor dependiendo de las necesidades de cada uno. Lo que es importante para unos, puede no serlo para otros, y a veces lo más simple es lo que más necesitamos.