El caballo y el jabalí: adaptación de la fábula de Fedro
Un día, un caballo estaba pastando tranquilamente cerca de un río, disfrutando de la frescura del agua cristalina. Mientras bebía, un jabalí apareció y comenzó a revolver el agua con sus patas y su hocico, ensuciándola.
Enfadado por esto, el caballo intentó expulsar al jabalí, pero no pudo vencerlo en combate. Frustrado y deseoso de venganza, el caballo decidió buscar ayuda.
Fue entonces cuando encontró a un hombre y le pidió que lo ayudara a castigar al jabalí.
—Te ayudaré —dijo el hombre—, pero primero tendrás que dejarme ponerte una brida y montarte.
El caballo, cegado por su ira y su deseo de venganza, aceptó la oferta del hombre sin pensarlo dos veces. Juntos cabalgaron hasta encontrar al jabalí.
Gracias a la fuerza del caballo y la habilidad del hombre, lograron derrotar al jabalí. Cuando el combate terminó, el caballo intentó recuperar su libertad, pero el hombre ya no lo soltó. Ahora que tenía la brida puesta, decidió domarlo y mantenerlo a su servicio para siempre.
Moraleja de la fábula El caballo y el jabalí
En el afán de vengarse, muchas veces podemos perder nuestra propia libertad y acabar en una situación peor que la que intentábamos evitar.