Las liebres y las ranas: adaptación de la fábula de Esopo
Un grupo de liebres vivía siempre asustado, huyendo de cualquier ruido o movimiento, temiendo a todos los animales. Un día, agotadas de vivir con tanto miedo, decidieron que preferían morir de una vez que seguir viviendo en constante temor. Así que se dirigieron a un lago con la intención de ahogarse.
Cuando llegaron, las ranas que estaban en la orilla, al verlas acercarse, saltaron rápidamente al agua, asustadas por la presencia de las liebres. Al ver cómo las ranas huían de ellas, una de las liebres dijo:
— ¡Esperen! No tenemos por qué sentirnos tan desgraciadas; al menos hay otros que tienen aún más miedo que nosotras.
Las liebres, al darse cuenta de que no eran las únicas que sentían temor, decidieron regresar a su hogar y seguir adelante.
Moraleja de la fábula Las liebres y las ranas
Todos tenemos miedos y dificultades; al mirar a nuestro alrededor, podemos encontrar consuelo al ver que otros también enfrentan sus propios temores.