La gallina de los huevos de oro: adaptación de la fábula de Esopo
Había una vez un granjero que tenía una gallina muy especial. Todos los días, esta gallina ponía un huevo de oro. Día tras día, el granjero recogía los huevos y, poco a poco, comenzó a hacerse rico.
Pero el granjero, en lugar de estar contento con lo que ya tenía, se volvió muy ambicioso.
—Pensó: Si mi gallina pone huevos de oro, ¡debe tener un gran tesoro dentro de ella! Si la abro, podré conseguir todo el oro de una sola vez.
Así que, cegado por la codicia, el granjero decidió matar a la gallina. Pero cuando la abrió, no encontró nada especial dentro. La gallina era como cualquier otra, y lo peor de todo es que ya no pondría más huevos de oro.
El granjero, triste y arrepentido, se dio cuenta de que, por su avaricia, había perdido todo lo que tenía.
Moraleja de la fábula La gallina de los huevos de oro
La impaciencia y la avaricia pueden llevar a la destrucción de la fuente de nuestra riqueza y bienestar. Querer obtener más de lo que es razonable puede resultar en la pérdida de lo que ya se tiene.