La comadreja y un hombre: adaptación de la fábula de Fedro
Había una vez una comadreja que fue atrapada por un hombre. Al ver que estaba en peligro, la comadreja intentó convencer al hombre de que la dejara libre.
—Por favor, déjame ir—, le rogó. —Yo soy quien se encarga de ahuyentar a los ratones de tu casa. ¡Te estoy haciendo un favor al mantenerlos lejos!
Pero el hombre, que conocía bien las intenciones de la comadreja, respondió: —Si lo hicieras para ayudarme, te lo agradecería y te dejaría libre. Pero en realidad lo haces solo porque te gusta comer ratones y aprovecharte de su comida, no por ayudarme. Así que no trates de engañarme.
Y así, el hombre decidió que no debía dejarla libre, pues la comadreja no era sincera.
Moraleja de la fábula La comadreja y un hombre
No debemos fingir hacer el bien solo para conseguir algo a cambio. La honestidad y las buenas intenciones siempre son más valiosas.