El viejo y la muerte: adaptación de la fábula de Esopo
Un viejo campesino, cansado de trabajar duramente, llevaba un pesado fardo de leña sobre sus hombros. A medida que avanzaba, el peso del fardo se volvía insoportable, y su fatiga era cada vez mayor. Agotado y desesperado por el cansancio, el viejo dejó caer el fardo y, en su desesperación, llamó a la muerte.
—¡Oh, Muerte, ven y llévame! —exclamó, incapaz de soportar más su carga.
De inmediato, la Muerte apareció ante él y le preguntó:
—¿Me has llamado? Aquí estoy. ¿Qué necesitas?
El viejo, al verla, se asustó y rápidamente dijo:
—Sí, te llamé, pero solo para pedirte que me ayudes a levantar este fardo y colocarlo de nuevo sobre mis hombros.
Moraleja de la fábula El viejo y la muerte
A menudo, en momentos de desesperación, podemos desear el final, pero cuando se nos presenta, preferimos seguir adelante. La vida, con todas sus dificultades, sigue siendo preferible a la muerte.