El ciego: adaptación de la fábula de Esopo
Había una vez un hombre ciego que tenía un gran conocimiento de los animales. A pesar de no poder ver, tenía un agudo sentido del tacto que le permitía reconocerlos con facilidad. Un día, algunos bromistas quisieron engañarlo y le llevaron un lobezno, diciendo que era un cordero.
El ciego tocó al animal y, al sentir su piel y su forma, dijo:
— Puede que lo llamen cordero, pero la piel es de un lobo. Mi experiencia me dice que este animal es peligroso.
Los bromistas, al ver que no podían engañarlo, se marcharon avergonzados.
Moraleja de la fábula El ciego
La experiencia y el conocimiento pueden revelar la verdad, aun cuando otros intenten ocultarla.