El asno, el perro y el lobo: adaptación de la fábula de Esopo
Un día, un asno y un perro viajaban juntos por el campo con su dueño. De repente, un lobo apareció y comenzó a seguirlos, amenazando con atacarlos. Al ver al lobo, el asno, preocupado, le dijo al perro:
—Amigo perro, ¡si algo me sucede, protégeme, por favor!
El perro, algo asustado, respondió:
—Lo siento, amigo, pero cada uno debe cuidarse solo. Yo también tengo miedo del lobo.
Entonces, el asno decidió que sería mejor fingir estar herido para ver si así el lobo lo dejaba en paz. Se tumbó en el suelo y se quedó inmóvil. Cuando el lobo se acercó, el asno levantó una de sus patas y le dijo al lobo:
—Si me vas a comer, al menos hazlo con cuidado; tengo una espina clavada en mi pata y me duele mucho.
El lobo, creyéndose más listo, se acercó a examinar la pata del asno. En ese momento, el asno le dio una fuerte patada en el hocico y salió corriendo hacia la seguridad del campo, dejando al lobo sorprendido y dolorido.
Moraleja de la fábula El asno, el perro y el lobo
A veces, la inteligencia y la astucia pueden ser la mejor defensa frente a la amenaza.