Las dos perras: adaptación de la fábula de Fedro
Una perra pidió a otra que le prestara su cueva para dar a luz a sus cachorros. La otra aceptó, permitiéndole quedarse allí mientras los cachorros crecían. Pasado un tiempo, la dueña de la cueva le pidió a la perra que se marchara con sus crías. Sin embargo, la perra inquilina se negó, argumentando que sus cachorros aún no estaban listos para moverse.
Cuando la dueña de la cueva insistió, la perra visitante mostró los dientes y le advirtió:
— Si tienes el valor de luchar conmigo y mi grupo dejaré la cueva y me iré.
Moraleja de la fábula Las dos perras
Ten cuidado al ofrecer ayuda, pues algunos pueden aprovecharse de tu bondad y ocupar lo que les diste sin intención de devolverlo.