El náufrago y el mar: adaptación de la fábula de Esopo
Un hombre había naufragado tras una tormenta y, tras luchar contra las olas, finalmente llegó a la orilla sano y salvo. Exhausto y enfadado, se volvió hacia el mar y gritó:
—¡Traicionero mar! ¡Eres bello y sereno a la vista, pero cuando uno confía en ti, muestras tu verdadera naturaleza y lo arrastras a la muerte!
El mar, escuchando sus quejas, se presenta en forma de mujer y le responde:
—No soy yo, hombre, quien te traiciona. Son los vientos los que me agitan y me quitan la calma.
Moraleja de la fábula El náufrago y el mar
No culpes a los demás por problemas causados por circunstancias externas. A veces, las causas de las dificultades no son tan evidentes como parecen a primera vista.