El labrador y el árbol estéril: adaptación de la fábula de Esopo
Un labrador tenía en su campo un árbol que no daba fruto. Al considerarlo inútil, decidió cortarlo para aprovechar la leña. Tomó su hacha y comenzó a golpear el tronco del árbol.
Justo cuando estaba a punto de derribarlo, aparecieron unos gorriones y le suplicaron:
— Por favor, no cortes este árbol. Aunque no te da frutos, nos da refugio y protección.
El labrador no hizo ningún caso y siguió golpeando el árbol. Mientras lo hacía, al dar un fuerte golpe, descubrió que el árbol tenía una cavidad en su interior. Para su sorpresa, dentro de la cavidad encontró un panal de miel. Al ver esto, el labrador se dio cuenta de que, aunque el árbol no daba frutos, sí era valioso. Entonces decidió dejarlo en pie y empezó a cuidarlo con gran esmero y dedicación.
Moraleja de la fábula El labrador y el árbol estéril
A veces, lo que menos valoramos puede darnos grandes sorpresas y beneficios.