El escorpión y la rana: adaptación de la fábula de Esopo
Un escorpión quería cruzar un río, pero no sabía nadar. Al ver una rana cerca de la orilla, le pidió ayuda:
—Querida rana, ¿podrías llevarme al otro lado del río sobre tu espalda?—le pidió el escorpión.
La rana, cautelosa, respondió:
—¿Cómo sé que no me picarás cuando estemos en el agua?
El escorpión, con tono persuasivo, contestó:
—Sería tonto de mi parte picarte. Si lo hago, ambos nos ahogaríamos, ya que no sé nadar.
La rana pensó que la respuesta tenía sentido, así que aceptó llevar al escorpión. Lo dejó subir sobre su espalda y comenzó a nadar. Sin embargo, a mitad del río, sintió un agudo dolor: el escorpión la había picado.
Mientras ambos comenzaban a hundirse, la rana, sorprendida y moribunda, preguntó:
—¿Por qué lo hiciste? Ahora ambos moriremos.
El escorpión, con la voz débil, respondió:
—Lo siento, no pude evitarlo. Está en mi naturaleza.
Moraleja de la fábula El escorpión y la rana
No se puede cambiar la verdadera naturaleza de alguien, incluso cuando va en contra de su propio interés.