El águila, la gata y la jabalina: adaptación de la fábula de Esopo
Una vez, un águila, una gata y una jabalina vivían cerca unas de otras en el mismo árbol. El águila había hecho su nido en la copa del árbol, la gata habitaba en las ramas del medio, y la jabalina había cavado una madriguera en las raíces, donde cuidaba de sus crías.
La gata, que era muy astuta y quería quedarse con el árbol solo para ella, decidió engañar al águila y a la jabalina para que se alejaran de allí. Primero subió hasta el águila y le susurró:
—¡Querida amiga! He oído que la jabalina está planeando cavar hacia arriba para comerse a tus polluelos. ¡Ten mucho cuidado!
Luego bajó hasta la jabalina y le dijo:
—¡Querida amiga! El águila está esperando que salgas para llevarse a tus jabatos. ¡No salgas por ningún motivo!
Engañadas por las palabras de la gata, tanto el águila como la jabalina dejaron de buscar comida y se quedaron en sus lugares, temerosas de ser atacadas. Con el tiempo, ambas y sus crías murieron de hambre, y la gata se quedó con el árbol solo para ella.
Moraleja de la fábula El águila, la gata y la jabalina
Los rumores y las mentiras pueden causar gran daño cuando siembran desconfianza entre amigos o vecinos.