Otitis media en bebés de 0 a 36 meses: Guía completa para padres
La salud auditiva de los niños es un aspecto fundamental para su desarrollo, en especial durante los primeros años de vida. El cuidado del oído resulta esencial para prevenir y tratar a tiempo afecciones frecuentes como la otitis media aguda. Si tu bebé o niño pequeño (entre 0 y 36 meses) ha sufrido alguna vez de infección del oído, sabrás lo dolorosa y preocupante que puede resultar esta experiencia. En este artículo, te ofreceremos una guía detallada y de fácil lectura para que conozcas en profundidad qué es la otitis media, cuáles son sus síntomas y señales de alarma, cómo se trata y cuáles son las claves para prevenirla. A lo largo de este texto, te daremos información clara y fiable, además de resolver las dudas más comunes que suelen surgir a padres y cuidadores.
¿Qué es la otitis media y por qué ocurre en los niños pequeños?
La otitis media es la inflamación (generalmente infecciosa) que afecta al oído medio. Este espacio se encuentra justo detrás del tímpano y está conectado con la parte posterior de la garganta y la nariz a través de un conducto llamado Trompa de Eustaquio. Cuando bacterias o virus ingresan desde la nariz o la garganta al oído medio, pueden multiplicarse y producir moco y pus. Esta acumulación de fluidos genera inflamación y aumenta la presión dentro del oído, dando lugar al dolor intenso que caracteriza a la otitis.
En niños de 0 a 36 meses, la Trompa de Eustaquio es más corta y horizontal que en un adulto, lo que facilita la entrada de gérmenes y entorpece el drenaje normal de secreciones hacia la garganta. Además, el sistema inmunológico de los más pequeños aún está en proceso de maduración, por lo que son más vulnerables a este tipo de infecciones. Se calcula que casi la mitad de los niños padece al menos una infección de oído durante su primer año de vida, y muchos de ellos presentarán recurrencias.
Factores que aumentan la probabilidad de otitis media en niños pequeños:
- Antecedentes familiares: Si los padres o hermanos padecieron otitis recurrente, existe mayor predisposición en el bebé.
- Asistencia a guarderías: El contacto cercano con otros niños facilita la transmisión de virus y bacterias que desencadenan resfriados y, posteriormente, otitis.
- Exposición al humo de tabaco: Fumar dentro del hogar o cerca del bebé irrita las vías respiratorias y predispone a infecciones.
- Problemas alérgicos: La inflamación constante de las mucosas nasales puede obstruir la Trompa de Eustaquio, favoreciendo la infección.
- Época invernal: Durante el invierno, los resfriados son más frecuentes y, en consecuencia, también las otitis.
Signos y síntomas de la otitis media en los niños de 0 a 36 meses
El síntoma más representativo de la otitis media es el dolor de oído o “otalgia”. Sin embargo, en los bebés y niños pequeños que todavía no pueden describir verbalmente lo que sienten, el diagnóstico inicial depende mucho de la observación atenta por parte de los padres o cuidadores.
Síntomas frecuentes:
- Dolor de oído: Puede variar desde leve hasta muy intenso. En bebés, se manifiesta como llanto continuo, irritabilidad inusual o dificultad para calmarse.
- Rechazo al biberón o al pecho: Al tragar, el movimiento de la Trompa de Eustaquio puede causar dolor en caso de otitis, por lo que el niño se muestra reacio a beber o comer.
- Dificultad para dormir: Acostarse aumenta la presión en el oído medio y puede intensificar el dolor. Si el pequeño se despierta llorando de madrugada y no se calma, la otitis puede ser la causa.
- Sensación de oído “tapado” o pérdida temporal de audición: Los niños mayores pueden decir frases como “No oigo bien” o “Tengo el oído tapado”.
- Síntomas de resfriado: Mucosidad nasal, obstrucción, tos, estornudos, ojos rojos y dolor de garganta suelen acompañar a la otitis.
- Fiebre: Aproximadamente una tercera parte de los niños con otitis presenta fiebre. En los más pequeños (lactantes) puede ser más alta que en niños mayores.
- Vómitos y diarrea: En algunos casos, la infección y la fiebre pueden generar malestar general que se traduzca en problemas digestivos.
- Secreción por el oído: Si la presión interna es muy alta, el tímpano puede perforarse y liberar pus, sangre y mucosidad hacia el conducto auditivo externo. A diferencia de la cera, que suele ser más espesa y de coloración ocre, esta secreción típica de otitis puede lucir más líquida y acompañada de restos de sangre o pus.
Si notas alguno de estos síntomas o sospechas que tu hijo tiene dolor de oído, es fundamental acudir al pediatra para una evaluación. Un examen con otoscopio permite ver si el tímpano está abombado o enrojecido, confirmando la otitis y determinando la gravedad de la infección.
¿Por qué se rompe el tímpano y cuándo ocurre esto?
La membrana timpánica, o tímpano, puede llegar a romperse (perforarse) cuando la presión en el interior del oído es demasiado alta debido a la acumulación de pus y moco. Aunque este suceso puede resultar alarmante para los padres por la supuración y la sangre, no siempre es motivo de preocupación grave.
Cuando el tímpano se rompe, la presión interna se alivia y, con ello, el dolor intenso suele reducirse. La salida de la secreción (pus, sangre y mucosidad) por el conducto auditivo externo puede, en ciertos casos, acelerar la curación. Además, el tímpano tiende a cerrarse de forma natural en un plazo aproximado de 2 a 3 días si la infección recibe el tratamiento adecuado.
No obstante, siempre se recomienda consultar con el médico para confirmar que la perforación no implique complicaciones adicionales y para asegurarse de que el tímpano se ha regenerado correctamente. Con el uso de antibióticos apropiados, es muy poco frecuente que la otitis media cause daños permanentes como pérdidas auditivas significativas.
Tratamiento de la otitis media en niños: antibióticos, analgésicos y más
El tratamiento de la otitis media se enfoca en eliminar la infección y aliviar el dolor. Como padre, es fundamental entender que, aunque tras unas pocas dosis de antibiótico el niño mejore o deje de manifestar dolor, la infección todavía puede estar presente, y por ello el tratamiento debe completarse según las indicaciones médicas.
- Antibióticos
El pediatra elegirá el antibiótico más adecuado según la causa y la intensidad de la infección. Hay que administrarlo durante un periodo de 8 a 14 días, o el que indique el profesional, aunque los síntomas mejoren rápidamente. Interrumpir el tratamiento antes de tiempo puede dar lugar a recaídas. - Analgésicos y antipiréticos
Para aliviar el dolor y la fiebre, se utilizan medicamentos como el paracetamol (por ejemplo, GELOCATIL® o APIRETAL®). En caso de dolor intenso, el médico podría prescribir medicamentos más potentes. Además del alivio, controlar el dolor ayuda al niño a descansar y recuperarse. - Gotas óticas con anestésicos o antiinflamatorios
Estas gotas pueden proporcionar un efecto analgésico local rápido. Sin embargo, es importante destacar que no curan la infección por sí solas y siempre deben usarse bajo supervisión médica.
- Si el tímpano se ha perforado y está drenando, las gotas no suelen ser efectivas ni recomendables, a menos que el pediatra u otorrinolaringólogo lo indique explícitamente.
- En casos de drenajes transtimpánicos colocados quirúrgicamente, el médico podría pautar gotas óticas específicas.
- Cuidados generales y reposo
El reposo y la hidratación adecuada son claves para que el niño se recupere. Mantener a tu hijo en un ambiente cómodo y sin ruidos fuertes le permitirá descansar mejor. Al principio de la infección, es aconsejable no llevar al niño a la guardería o al colegio, sobre todo si tiene fiebre o mucosidad abundante. - Seguimiento médico
Tras el tratamiento, el pediatra suele recomendar una revisión en 10 o 15 días para comprobar que el proceso se ha resuelto correctamente, especialmente si hubo perforación del tímpano o supuración.
Prevención: cómo evitar o reducir las otitis de repetición
- Evitar los resfriados
Las otitis suelen ir de la mano de los catarros de vías altas. Aunque sea imposible prevenir todos los resfriados (al tratarse de infecciones virales muy comunes), se pueden tomar medidas que reduzcan el riesgo de contagio:
- Lavado frecuente de manos.
- Evitar aglomeraciones en épocas de mayor circulación de virus.
- Higiene adecuada de juguetes y superficies cuando el niño convive con otros pequeños.
- Higiene nasal y lavados con suero fisiológico
Mantener limpias las fosas nasales ayuda a drenar la mucosidad y a prevenir la obstrucción de la Trompa de Eustaquio. Se recomienda el uso de suero fisiológico o soluciones salinas, sobre todo si el niño presenta congestión nasal. Enseñar a los niños mayores a sonarse con regularidad también resulta de gran ayuda. - Alejarse del humo de tabaco
El humo del tabaco irrita las vías respiratorias y facilita la proliferación de bacterias. Si alguien fuma en casa, es fundamental restringir este hábito en presencia de los niños. Lo ideal es evitar completamente el humo en el entorno de los más pequeños. - Guarderías y contagios frecuentes
Si tu hijo es propenso a otitis recurrentes, el pediatra podría recomendar un cambio temporal o la postergación del ingreso a la guardería. Muchos padres optan por retrasar la escolarización hasta el segundo o tercer año de vida si la frecuencia de infecciones es muy alta. - Tratamientos profilácticos
En casos de otitis crónicas o recurrentes, el pediatra podría recetar pequeñas dosis diarias de antibiótico durante un periodo prolongado (1-2 meses). Esta estrategia, denominada “quimioprofilaxis”, puede reducir significativamente la frecuencia de nuevas infecciones.
- Es importante recalcar que no perjudica al niño si está adecuadamente pautada y supervisada por el profesional.
- Los antihistamínicos y mucolíticos, por otro lado, tienen una eficacia discutible si no hay un diagnóstico claro de alergia. Solo se aconsejan si un especialista determina una hipersensibilidad de las mucosas.
El contagio: ¿la otitis media es transmisible?
Las otitis media no son contagiosas por sí mismas, ya que se trata de la inflamación e infección localizada en el oído medio. Sin embargo, los resfriados que las acompañan sí pueden transmitirse con facilidad de un niño a otro. Por esta razón, se aconseja no llevar al niño a la escuela o guardería durante los primeros días de la otitis, al menos hasta que se reduzcan la fiebre y los síntomas de catarro.
Durante el proceso de curación, puede quedar líquido o moco en el interior del oído medio durante varias semanas. Esto suele ocasionar una ligera pérdida de audición temporal. Si el niño ya acude al colegio, conviene informar a los profesores para que le faciliten una mejor ubicación en el aula y repitan las instrucciones cuando sea necesario.
Preguntas y respuestas frecuentes sobre otitis media en niños
Para finalizar esta guía, compartimos algunas de las preguntas más comunes que suelen formular los padres y madres sobre la otitis media, con respuestas que te ayudarán a entender mejor esta condición.
¿Qué puede hacerse para prevenir las otitis infantiles?
La principal recomendación es el lavado nasal con solución salina o suero fisiológico en casos de catarro o congestión. Esto ayuda a vaciar la mucosidad de las fosas nasales y previene la obstrucción de la Trompa de Eustaquio.
En infecciones de repetición, también se considera retrasar el ingreso del niño a la guardería hasta el segundo o tercer año de vida. Si existe hipertrofia de las vegetaciones adenoideas u otra patología ORL (otorrinolaringológica), el pediatra puede remitir al niño al especialista para un estudio más detallado.
Mi hijo siempre tiene otitis y me han dicho que unas gotas de aceite templado alivian el dolor. ¿Es útil?
Nunca se debe administrar gotas de aceite en el interior del oído sin indicación médica, especialmente si hay supuración. Una recomendación inadecuada podría incluso empeorar la situación o enmascarar síntomas.
Mi hijo estuvo ingresado por mastoiditis secundaria a partir de una otitis. ¿Cómo detectar en el futuro que hay complicaciones de este tipo?
La mastoiditis, aunque poco frecuente, es una complicación grave en la que la infección se propaga a la apófisis mastoides del hueso temporal, detrás de la oreja. Los signos de alarma incluyen enrojecimiento, abombamiento y dolor intenso en la zona posterior al pabellón auricular, con la oreja notablemente “despegada” hacia adelante. Ante estos síntomas, se debe acudir urgentemente al médico.
Me ha dicho una compañera de trabajo que si el oído ha supurado ya no hace falta tratar la otitis con antibióticos. ¿Es cierto?
No. El dolor suele disminuir cuando se perfora el tímpano y drena la supuración, pero eso no significa que la infección esté curada. Los antibióticos son necesarios en la mayoría de los casos para evitar complicaciones crónicas y asegurar una recuperación total.
Si mi niño tiene muchas otitis, ¿puede ir a la piscina?
La mayoría de especialistas en otorrinolaringología desaconsejan los baños en piscinas con cloro si hay otitis de repetición. Algunos expertos permiten la natación con tapones especiales que prevengan la entrada de agua. En caso de perforación timpánica activa (no resuelta), el baño sin protección está completamente contraindicado.
¿Cómo puede curarse sin antibiótico una otitis si es infección?
La otitis media aguda puede estar causada por virus o bacterias. Si es por virus, los antibióticos no resultan efectivos. Incluso en caso de bacteria, la infección puede resolverse en ocasiones drenando el moco y el pus a través de la Trompa de Eustaquio. Los lavados nasales y los antiinflamatorios ayudan a aliviar los síntomas y a mejorar el drenaje. Sin embargo, la decisión de administrar o no antibióticos debe tomarla el pediatra, según la evolución y la evaluación clínica.
¿Puedo saber si mi bebé tiene otitis apretándole los oídos y viendo si llora?
En la otitis externa (infección del conducto auditivo externo), presionar el trago (pequeña protuberancia en la parte anterior del oído) suele causar dolor. Pero en la otitis media, este signo no siempre es concluyente. Por ello, la mejor manera de confirmar el diagnóstico es la visualización del tímpano con un otoscopio por parte del pediatra.
¿Por qué mi hija es tan propensa a las otitis?
Las infecciones de oído afectan casi a la mitad de los niños durante su primer año de vida. La propensión a padecer otitis recurrentes puede tener un componente genético, de modo que si los padres o hermanos tuvieron el mismo problema, existe más probabilidad de que se repita. Además, asistir a guarderías desde muy pequeños, tener problemas alérgicos o convivir con fumadores incrementa el riesgo. Otro factor que influye es el clima invernal, durante el cual se dan más resfriados y, por consiguiente, más otitis.
¿Es peligroso que los oídos supuren?
La ruptura del tímpano y la supuración resultante asusta a muchos padres, pero no siempre es un signo de gravedad. A menudo, la supuración alivia la presión y acelera la curación. El tímpano puede regenerarse por sí solo en pocos días si se instaura el tratamiento adecuado. Sin embargo, es importante acudir al pediatra para confirmar que la infección esté siendo controlada.
¿Debo dar antibiótico enseguida cuando se queja de los oídos? Mi pediatra siempre me lo acaba dando.
No es aconsejable automedicarse. El uso indebido de antibióticos o a dosis insuficientes puede fomentar la aparición de resistencias bacterianas y complicar futuros tratamientos. Siempre se recomienda seguir las pautas específicas que indique el pediatra, quien valorará si es necesario el uso de antibióticos o si es preferible observar unos días, aliviar el dolor y esperar la evolución.
Consejos prácticos para el día a día con niños propensos a otitis
Si tu hijo es de los que desarrolla otitis con frecuencia, aquí tienes algunos consejos prácticos que pueden ayudarte en el día a día:
- Controla la temperatura corporal: Ante la primera señal de fiebre o malestar, comprueba la temperatura. Si la fiebre es persistente o muy alta, acude al pediatra sin demora.
- Enseña hábitos de higiene: Especialmente para niños mayores de un año y medio o dos, inculcar el lavado de manos y el uso de pañuelos para sonarse es fundamental para reducir la propagación de virus y bacterias.
- Atención a los síntomas iniciales: Un resfriado que parece prolongarse, cambios en el apetito o irritabilidad inusual pueden indicar una infección subyacente en el oído. La detección precoz ayuda a evitar complicaciones.
- Proporciona un entorno adecuado para dormir: Elevar ligeramente la cabecera de la cuna o cama (con cojines o un colchón inclinado) puede ayudar a drenar secreciones y a reducir la presión en los oídos.
- Alivia la congestión nasal: Usa suero fisiológico antes de acostar al niño y cada vez que notes la nariz muy congestionada. Si el pediatra lo autoriza, un descongestionante tópico infantil puede ayudar temporalmente.
- Consulta con un especialista ORL: Si las otitis son muy frecuentes o hay una sospecha de vegetaciones adenoideas grandes, es recomendable una valoración otorrinolaringológica para descartar o tratar posibles causas subyacentes.
Conclusión: una infección frecuente pero manejable
La otitis media es, sin duda, una de las infecciones más comunes en la infancia. Aunque resulte muy molesta y preocupante para padres y cuidadores, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, con el tratamiento y el seguimiento adecuados, se resuelve sin grandes complicaciones. Es esencial prestar atención a la prevención mediante el control de la higiene nasal, la minimización de la exposición a humo y alérgenos y la reducción del riesgo de contagio en guarderías en los primeros años de vida.
Si tu hijo presenta dolor de oído, fiebre o supuración, no dudes en acudir al pediatra. Un diagnóstico temprano, sumado al seguimiento estricto de las pautas de tratamiento, garantiza una recuperación más rápida y reduce el riesgo de complicaciones. Recuerda que cada niño es diferente: lo que funciona para uno puede no ser lo mejor para otro, por lo que la supervisión médica personalizada siempre será tu mejor aliada.
Con paciencia, observación y cuidados constantes, podrás sobrellevar las otitis de manera efectiva y ayudar a tu hijo a tener una infancia sana y feliz, libre de complicaciones auditivas a largo plazo. ¡Mantener el oído sano de tu pequeño es posible si sigues estas recomendaciones y trabajas de la mano con su pediatra!
¿Cómo se ha redactado este artículo? Este artículo ha sido elaborado utilizando recomendaciones de expertos y extrayendo información de fuentes médicas y gubernamentales confiables, incluyendo el NHS, la Clínica Mayo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., la Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Es importante destacar que el contenido presentado en esta página no está destinado a sustituir la consulta médica profesional. Te aconsejamos que consultes a un profesional médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.