La varicela en bebés y niños de 0 a 36 meses
A continuación encontrarás un artículo detallado y completo sobre la varicela en bebés y niños de 0 a 36 meses. El propósito es que tengas a mano toda la información esencial —y algunas pautas prácticas— para entender mejor esta enfermedad, reconocer sus síntomas, saber cómo manejarla en casa y conocer cuándo es necesario acudir al médico. Este texto tiene fines informativos y no sustituye el consejo de un profesional de la salud. Ante cualquier duda o situación de gravedad, consulta siempre con tu pediatra de confianza.
Introducción: ¿Por qué es importante hablar de la varicela en niños tan pequeños?
La varicela es una enfermedad muy común durante la infancia y, aunque puede presentarse a cualquier edad, con frecuencia se manifiesta en niños menores de 10 años. Cuando hablamos de bebés y niños pequeños (de 0 a 36 meses), es especialmente relevante tomar precauciones y estar atentos a la evolución de los síntomas porque sus defensas están en proceso de maduración, y es posible que no puedan expresar con palabras cómo se sienten.
Además, en esta franja de edad, la piel es más delicada, el sistema inmunitario no está completamente desarrollado y algunos bebés pueden tener condiciones médicas adicionales que los vuelven más vulnerables. Esto hace que la detección temprana y el cuidado adecuado en el hogar sean fundamentales para un buen manejo de la enfermedad.
En muchos países, existen planes de vacunación que incluyen la vacuna contra la varicela. Sin embargo, no siempre se administra de manera universal (depende de la región y de la estrategia de salud pública). Por lo tanto, saber cómo se contagia, qué signos observar y cuándo acudir al pediatra permite a padres, madres y cuidadores manejar mejor esta enfermedad y tomar decisiones acertadas.
A lo largo de este artículo, abordaremos los aspectos más importantes sobre la varicela: cómo se presenta, qué hacer ante un brote, recomendaciones prácticas para aliviar los síntomas en casa y las señales de alerta que indican que conviene buscar atención médica. También responderemos a preguntas frecuentes que surgen cuando un niño se contagia, especialmente si convive con otros niños o con personas inmunodeprimidas, como pueden ser abuelos, familiares con cáncer u otras condiciones que requieren tratamientos agresivos.
¿Qué es la varicela y por qué es tan contagiosa?
La varicela es una enfermedad infecciosa causada por el virus Varicela-Zóster (VZV). Este virus se caracteriza por su gran facilidad de transmisión, sobre todo en entornos cerrados como hogares y escuelas. Basta con inhalar las gotitas respiratorias de una persona infectada para contagiarse, incluso si aún no han aparecido las lesiones en la piel.
Este periodo “invisible” de contagio comienza aproximadamente dos días antes de la aparición de la erupción y se prolonga hasta que todas las lesiones se han secado y formado costras. Si en una familia hay más de un niño, es común que, tras el contagio del primero, el segundo presente una forma de la varicela aún más intensa. Esto se traduce en mayor número de lesiones en la piel y fiebre algo más alta.
El virus Varicela-Zóster y su reactivación (Herpes Zóster)
Una de las particularidades del virus Varicela-Zóster es que, tras superar la fase aguda de la varicela, el virus permanece “latente” en las células nerviosas de la persona por el resto de su vida. Años después, puede reactivarse y dar lugar a otra enfermedad llamada Herpes Zóster (conocida popularmente como “culebrilla”). Este episodio es menos frecuente en niños, aunque puede suceder, en especial si tuvieron la varicela en el primer año de vida.
El Herpes Zóster se caracteriza por:
- Dolor intenso y sensación de ardor en una franja determinada de la piel (normalmente en la espalda o en el tórax), respetando la línea media del cuerpo.
- Aparición de vesículas agrupadas en racimos que siguen el trayecto de un nervio.
En adultos mayores o personas con defensas bajas, el Herpes Zóster puede ser particularmente doloroso. Sin embargo, no se produce Herpes Zóster por “contagio” de un niño con varicela, sino por la reactivación interna del virus que esa persona ya tenía en su organismo.
Síntomas de la varicela en bebés y niños de 0 a 36 meses
En esta franja de edad (de 0 a 36 meses), la varicela tiende a manifestarse con signos muy visibles en la piel, acompañados de molestias que pueden alterar el apetito, el sueño y el estado de ánimo del niño. Sin embargo, los síntomas pueden variar de un pequeño a otro; algunos presentan un cuadro más leve, mientras que otros muestran manifestaciones más severas.
A continuación, describimos los síntomas más habituales:
- Erupción característica (“rash” o sarpullido):
-
- Comienza como pequeñas manchas rojas que pueden asemejarse a picaduras de insecto.
- En las primeras 24 horas se transforman en vesículas llenas de líquido transparente, que luego se vuelve turbio.
- Finalmente, las vesículas se secan y forman costras.
- El número de lesiones puede variar entre 20 y más de 1000, siendo lo habitual entre 250 y 500.
- Picor intenso (prurito):
-
- Este es uno de los síntomas más molestos.
- Puede causar irritabilidad durante el día y dificultades para conciliar el sueño por la noche.
- Fiebre:
-
- Suele presentarse fiebre moderada, no siempre muy alta, aunque puede alcanzar los 39 o 40 °C en casos más intensos.
- Mientras más abundante es la erupción, generalmente más elevada tiende a ser la fiebre.
- Malestar general:
-
- Algunos niños pueden mostrar cansancio, irritabilidad, llanto frecuente o falta de apetito.
- Es posible que el bebé o niño pequeño se muestre más “pegajoso” de lo normal y demande más brazos o consuelo.
- Inflamación de los ganglios:
-
- Sobre todo en la región cervical (cuello).
- Puede notarse cierta hinchazón o sensibilidad al tacto.
- Dolor de garganta leve:
-
- No en todos los casos, pero algunos niños refieren molestias al tragar.
- Si aparece pus o un dolor de garganta muy intenso, se debe consultar al pediatra para descartar otras complicaciones.
- Falta de apetito:
-
- Muy común en procesos febriles y en enfermedades que afectan las mucosas de la boca, como la varicela, que también puede presentar lesiones en la cavidad oral.
¿Cómo evolucionan las lesiones?
Las lesiones de la varicela pasan por etapas bien definidas:
- Manchas rojas iniciales (a veces parecidas a picaduras).
- Vesículas con líquido claro.
- Vesículas con líquido turbio al cabo de 1 o 2 días.
- Costras (entre 4 y 7 días después de la primera aparición).
Estas etapas pueden coexistir al mismo tiempo. Es habitual ver en el cuerpo del niño manchas rojas, vesículas y costras simultáneamente, lo cual es un sello distintivo de la enfermedad.
Fases de la enfermedad y duración
La varicela suele durar alrededor de 7 a 10 días desde la aparición de las primeras lesiones, aunque la recuperación total puede variar de un niño a otro. Generalmente, el proceso se puede dividir en las siguientes fases:
- Incubación (10 a 20 días):
-
- Es el tiempo que transcurre desde que el virus entra en el organismo hasta que aparecen los primeros síntomas.
- En esta etapa el niño no presenta ningún síntoma, por lo que es difícil sospechar que se ha contagiado.
- Fase prodrómica (1 o 2 días antes de la erupción):
-
- Algunos niños pueden presentar malestar general y fiebre leve.
- A veces se confunde con un resfriado o una gripe muy suave.
- Aparición de la erupción:
-
- Aparecen las primeras manchas rojas, que progresan rápidamente a vesículas.
- El picor puede ser intenso y puede haber fiebre.
- Esta fase suele durar de 3 a 5 días.
- Costras y recuperación:
-
- Las vesículas se secan formando costras que luego se caen.
- Puede dejar manchas claras u oscuras que desaparecen con el tiempo.
Cuando las costras caen, la mayoría de los niños ya están recuperados, aunque es posible que persista cierto cansancio o falta de apetito por algunos días más.
¿Cuándo preocuparse?
Aunque la varicela suele tener un curso benigno en la mayoría de los niños sanos, existen señales de alarma que justifican acudir al pediatra o incluso a urgencias. Presta atención a los siguientes signos:
- Fiebre muy alta (más de 40 °C) o que persiste más de 7 días.
- Vómitos continuos o incapacidad de retener líquidos.
- Somnolencia excesiva, dificultad para despertar o para mantenerse alerta.
- Dificultad para caminar o para mover alguna parte del cuerpo con normalidad.
- Tos muy intensa o sensación de falta de aire al respirar.
- Dolor fuerte en el pecho.
- Dolor de estómago intenso que no mejora.
- Sarpullido con zonas muy rojas, inflamadas, dolorosas o con supuración, lo que podría indicar una sobreinfección bacteriana.
Si observas alguno de estos síntomas, es conveniente que consultes a tu pediatra, aunque no siempre debe ser de forma inmediata (dependiendo de la gravedad). Sin embargo, si el niño presenta enrojecimiento, dolor o hinchazón excesivos en las lesiones, fiebre durante más de una semana o nuevas ampollas después de 7 días, lo recomendable es acudir a urgencias.
Consejos útiles para sobrellevar la varicela en casa
La mayoría de las veces, la varicela se maneja en el hogar, con cuidados de apoyo que alivian los síntomas y evitan complicaciones. A continuación, algunos consejos prácticos:
- Aliviar el picor:
-
- Realizar baños de agua tibia con avena o con ½ taza de bicarbonato de sodio. Estos baños no solo calman la picazón, sino que además limpian suavemente la piel y reducen el riesgo de sobreinfección.
- Aplicar loción de calamina sobre las lesiones: ayuda a secar las vesículas y a mitigar la irritación.
- Utilizar antihistamínicos orales (bajo supervisión médica) puede ser de gran ayuda para reducir el prurito, especialmente antes de dormir.
- Control de la fiebre:
-
- Se recomienda paracetamol para los niños con varicela cuando la fiebre supera los 38.5 °C, siguiendo las pautas de dosificación indicadas por el pediatra.
- No se debe dar Aspirina (ácido acetilsalicílico) a niños con varicela, pues existe riesgo de provocar el Síndrome de Reye, una condición grave que afecta al cerebro, hígado y riñones.
- El ibuprofeno tampoco es aconsejable de manera rutinaria en la varicela, ya que es un antiinflamatorio y existe evidencia que su uso podría aumentar la posibilidad de complicaciones cutáneas (aunque este punto se debate, es preferible seguir la recomendación del pediatra y optar por paracetamol siempre que sea posible).
- Evitar el rascado:
-
- Cortar bien las uñas del niño y mantener las manos limpias para disminuir el riesgo de infecciones por rascado.
- En los casos más severos de picor, además de baños y lociones, a veces se recomienda colocar manoplas o guantes suaves en niños muy pequeños que no pueden controlar el rascado.
- Dieta normal e hidratación:
-
- Ofrecer dieta normal y equilibrada al niño, pero sin forzarlo a comer si no tiene apetito.
- Asegurar una buena hidratación con agua, zumos naturales o bebidas que el niño tolere bien.
- Si hay lesiones en la boca, es posible que prefiera alimentos fríos o templados y texturas suaves que no irriten las ampollas.
- Baños regulares:
-
- No temas bañar al niño todos los días. El agua tibia y un jabón suave ayudan a calmar la picazón y a prevenir la infección bacteriana.
- Sécalo con cuidado, dando golpecitos suaves con la toalla en lugar de frotar enérgicamente, para no desprender las costras prematuramente ni irritar la piel.
- Ropa cómoda:
-
- Utiliza prendas holgadas de algodón que permitan que la piel respire y eviten la fricción excesiva sobre las lesiones.
Contagio y medidas de aislamiento
La varicela es extremadamente contagiosa. Recordemos:
- El periodo de contagio se inicia 2 días antes de la aparición de las lesiones y se extiende hasta que todas las vesículas se hayan secado.
- Si en una familia hay varios niños y uno presenta varicela, es muy difícil evitar el contagio, especialmente cuando ya han compartido espacios y juguetes.
- En la guardería o la escuela, basta un solo niño con varicela para que se produzca un brote, pues la enfermedad se transmite fácilmente por vía aérea.
¿Cuándo puede volver a la escuela o guardería?
El niño puede regresar a la escuela o guardería cuando todas las lesiones estén secas y en fase de costra, lo cual suele ocurrir alrededor de una semana después de la aparición de las primeras ampollas. Algunas costras pueden tardar más en caer, especialmente las ubicadas en la palma de las manos o en la planta de los pies, pero si están completamente secas, ya no son contagiosas.
Situaciones especiales: contacto con personas inmunodeprimidas
La varicela puede resultar muy grave en personas con las defensas bajas, como aquellas que están en tratamiento con quimioterapia, que reciben esteroides a altas dosis o que padecen enfermedades crónicas severas. En estos casos:
- Se recomienda evitar el contacto mientras el niño tenga lesiones activas.
- Si hay la posibilidad de que la persona inmunodeprimida se haya expuesto al virus, se debe consultar urgentemente con el médico.
- Incluso si el adulto o familiar ya ha pasado la varicela, conviene extremar precauciones porque su sistema inmune debilitado podría no responder de la misma manera.
Preguntas y respuestas frecuentes sobre la varicela
A continuación, resolvemos algunas de las dudas más habituales que surgen en torno a esta enfermedad, especialmente en lo que respecta a la vacunación, el contagio y las medidas de cuidado.
¿Es cierto que la vacuna de la varicela solo debe ponerse a los niños porque los adultos ya la han pasado?
No necesariamente. Aunque lo más frecuente es que la varicela afecte a niños menores de 14 años, hay adultos que nunca la han padecido y, por tanto, son susceptibles de contagiarse. En adolescentes y adultos, la enfermedad tiende a ser más grave, con mayores probabilidades de hospitalización y complicaciones, como la neumonía varicelosa.
- Los niños mayores de 12-15 meses pueden recibir una sola dosis de la vacuna, según los calendarios de vacunación.
- Los adultos que no hayan pasado la enfermedad deben recibir dos dosis, separadas de 4 a 8 semanas.
- Por el momento, no se recomienda la revacunación posterior en adultos.
¿Es posible contraer de nuevo la varicela si ya se ha tenido anteriormente?
Sí, es posible, aunque muy infrecuente. Generalmente, quien pasa la varicela desarrolla inmunidad de por vida, pero en contadas ocasiones puede haber una reinfección, casi siempre en personas que la tuvieron antes del año de edad. En la mayoría de los casos, una segunda varicela cursa de forma más leve.
¿Puede el hecho de que mi hijo tuviera varicela causar un Herpes Zóster en mi madre?
El Herpes Zóster no ocurre por “contagio” del niño con varicela, sino por la reactivación del virus Varicela-Zóster que se mantiene latente en las células nerviosas de quien ya tuvo varicela en el pasado. Aunque coincide a veces con brotes de varicela, se debe a la disminución de las defensas o a factores desencadenantes en la persona mayor (o en cualquier edad) y no a un contagio directo.
¿Cómo se contagia tan rápido la varicela?
La varicela es una de las enfermedades más contagiosas que existen. El virus se propaga por vía aérea y mediante contacto directo con las lesiones. Además, las personas infectadas son contagiosas desde 2 días antes de la aparición de la erupción, por lo que a menudo, cuando uno se entera de que el niño tiene varicela, el contagio ya ha sucedido.
¿Debo separar a mis dos niños si el mayor ha cogido la varicela?
En general, si ambos niños están sanos y la madre de un posible lactante ya ha pasado la enfermedad, la separación absoluta puede resultar poco práctica. Sin embargo, sí se aconseja separar al bebé si:
- Es muy pequeño (recién nacido o menos de 6 meses).
- Existe la duda de que la madre no haya pasado la varicela y, por lo tanto, el bebé no reciba anticuerpos protectores.
- El hermano pequeño tiene una enfermedad crónica, piel muy sensible o problemas en el sistema inmune.
También es buena opción consultar al pediatra sobre la vacunación del segundo niño si todavía está a tiempo (más de 12 meses de edad) y no ha estado expuesto directamente al virus.
Mi suegro está en quimioterapia y ya pasó la varicela en la infancia. ¿Puede visitarlo el niño si todavía le quedan algunas lesiones?
Lo ideal es no exponer a una persona inmunodeprimida al virus de la varicela. Aunque tu suegro haya pasado la varicela, sus defensas pueden estar muy bajas. Para mayor seguridad:
- Evita la visita mientras el niño tenga lesiones recientes, al menos durante 7 días desde la aparición de la erupción o hasta que todas las costras estén totalmente secas.
- Si ya hubo contacto, informa al médico de familia o al especialista que lleva la quimioterapia.
¿Por qué no puedo bañar normalmente a mi niño con varicela?
En realidad, sí puedes bañarlo. El baño no extiende la erupción ni la empeora; al contrario, puede ayudar a calmar el picor y a reducir el riesgo de sobreinfección en las lesiones. Lo que debes evitar es frotar en exceso la piel y arrancar costras de manera prematura.
El médico de urgencias me dijo que no le diera ibuprofeno sino paracetamol, pero mi hijo vomita las gotas orales de paracetamol. ¿Qué hago?
Dado que la Aspirina está contraindicada en la varicela por el riesgo de Síndrome de Reye, y el ibuprofeno no se recomienda de forma rutinaria, el paracetamol es la opción más segura. Prueba con otras formas farmacéuticas:
- Solución o jarabe con sabor diferente al que has utilizado.
- Supositorios si el niño tolera mejor esta vía de administración.
Si la fiebre no es muy alta (menos de 38.5 °C), a veces basta con quitar algo de ropa al niño, ofrecerle líquidos abundantes y realizar un baño templado. Si se acerca a 39 °C o más, lo aconsejable es buscar alguna forma de administrar paracetamol de manera efectiva.
¿Puede la varicela complicarse en un niño sano?
Aunque no es lo más habitual, sí es posible que aparezcan complicaciones, especialmente en casos donde hay miles de lesiones o en niños de mayor edad y adultos. Las complicaciones más frecuentes son las sobreinfecciones bacterianas de la piel (impétigo, abscesos, celulitis) y, en raras ocasiones, la neumonía.
- Si aparecen signos de infección en las lesiones (enrojecimiento intenso, supuración, hinchazón, dolor al tacto) o fiebre persistente más de 7 días, es fundamental acudir al pediatra o a urgencias.
¿La vacuna de la varicela puede evitar la infección si ya hubo contacto con otro niño infectado?
La vacunación post-exposición puede tener una eficacia de alrededor del 90 % si se administra en los primeros 3 días tras el contacto con el virus, y hasta los 5 días según algunos estudios. Sin embargo, no garantiza el 100 % de protección. Aun así, si la enfermedad llega a manifestarse, lo hará de forma más leve en la mayoría de los casos.
Prevención de la varicela: la importancia de la vacunación
En los últimos años, muchos calendarios de vacunación infantil han incluido la vacuna contra la varicela para evitar las complicaciones asociadas a la enfermedad. Algunos puntos a destacar:
- La vacunación no es obligatoria en todos los países, pero sí recomendada en la mayoría de los planes oficiales de salud infantil.
- La edad de administración suele ser entre los 12 y 15 meses, con un refuerzo posterior alrededor de los 3-4 años, según la región.
- En niños mayores y adultos que nunca han padecido la varicela, se recomiendan dos dosis con al menos 4 semanas de intervalo.
- Los efectos secundarios más comunes de la vacuna incluyen dolor o enrojecimiento en el lugar de la inyección y, en algunos casos, fiebre leve o un sarpullido suave.
Además de la vacunación, se pueden tomar medidas de higiene como el lavado frecuente de manos, ventilar los espacios y evitar el contacto cercano con personas que presenten síntomas. Sin embargo, dada la alta contagiosidad de la varicela, estas medidas solo disminuyen, pero no eliminan, la posibilidad de transmisión.
Cuidados posvaricela
Una vez que las costras se han caído y la fiebre desaparece, el niño vuelve progresivamente a la rutina. Sin embargo, es conveniente tener en cuenta:
- Manchas claras u oscuras en la piel:
-
- Pueden persistir durante semanas o incluso meses.
- Generalmente desaparecen sin dejar cicatrices permanentes, salvo que se hayan producido lesiones profundas por rascado intenso o sobreinfección.
- Hidratación de la piel:
-
- Aplicar lociones o cremas hidratantes suaves que ayuden a que la piel recupere su equilibrio.
- En algunos casos, el pediatra o el dermatólogo pueden recomendar productos específicos para evitar la hiperpigmentación.
- Reincorporación progresiva a la escuela y las actividades:
-
- Si el niño aún se siente débil o cansado, conviene darle unos días para recuperarse plenamente antes de exponerlo a horarios muy exigentes.
- Sistema inmunitario:
-
- Tras una infección vírica, el organismo puede tardar un tiempo en volver a su total normalidad.
- Es buena idea mantener una dieta balanceada y asegurar una ingesta adecuada de líquidos, frutas y verduras para favorecer la pronta recuperación del niño.
Aspectos psicológicos y emocionales
Aunque puede parecer exagerado mencionar el aspecto emocional en el caso de la varicela, conviene recordar que el picor intenso y el malestar general pueden hacer que el niño se muestre más irritable, demandante o sensible. Algunos consejos para manejar esta situación:
- Paciencia y acompañamiento: Los bebés y niños muy pequeños no saben expresar con palabras lo que sienten. Proporcionar contacto físico y consuelo puede ayudarles a disminuir la ansiedad y a sobrellevar mejor la molestia del prurito.
- Distracción: Juegos tranquilos, leer cuentos, ver ilustraciones o dibujar pueden ayudar a desviar la atención de las molestias.
- Rutinas de sueño: Mantener horarios de descanso y, si fuera necesario, baños templados antes de dormir puede ayudar a relajarse y favorecer el sueño.
Recomendaciones finales y conclusión
La varicela es una enfermedad muy común de la infancia, especialmente en niños de 0 a 36 meses, aunque no exclusiva de esta edad. Suele tener un curso benigno, caracterizado por fiebre, erupción cutánea y picor intenso, pero en la mayoría de los casos evoluciona favorablemente si se siguen las pautas de cuidado en casa.
Para recordarte los puntos más importantes:
- Detección temprana: Observa si aparecen pequeñas manchas rojas que evolucionan a vesículas con líquido.
- Cuidados básicos: Baños templados con avena o bicarbonato, loción de calamina, cortar las uñas y mantener la piel limpia.
- Medicamentos y fiebre: Utiliza paracetamol para la fiebre alta, evita la Aspirina y el ibuprofeno como primera opción.
- Hidratación y alimentación: Ofrece líquidos frecuentes y comida ligera si el niño está inapetente.
- Señales de alerta: Fiebre muy alta prolongada, lesiones muy rojas o con pus, vómitos, somnolencia excesiva, etc.
- Vacunación: Constituye una medida preventiva valiosa para evitar complicaciones graves.
- Aislamiento: Mantén al niño en casa hasta que las costras estén secas para evitar contagiar a otros, sobre todo a personas inmunodeprimidas.
La prevención y la información son tus mejores aliadas. Si tu hijo presenta síntomas de varicela, actúa con serenidad, aplica las medidas de cuidado y vigila la evolución. En caso de duda, consulta al pediatra para estar seguro de que todo sigue el curso esperado. Con la atención adecuada, la mayoría de los niños pasan por la varicela sin mayores complicaciones y desarrollan inmunidad frente a futuras exposiciones.
Último apunte: no descuides la comunicación con el pediatra
Ante cualquier síntoma fuera de lo normal, o si tu bebé o niño pequeño tiene alguna condición de salud que pueda complicar la varicela (por ejemplo, enfermedades crónicas, inmunosupresión, dermatitis atópica severa, etc.), no dudes en contactar a tu pediatra. Él o ella podrá valorar la necesidad de una evaluación médica más exhaustiva o, en casos muy específicos, la administración de medicamentos antivirales.
Recuerda: Este artículo ofrece una visión amplia y detallada de la varicela en niños de 0 a 36 meses, pero no sustituye la atención individualizada de un profesional de la salud. Cada niño es único y puede requerir un abordaje diferente dependiendo de su historial médico y su estado general.
Referencias y recursos adicionales
- Sociedades de Pediatría de diferentes países (por ejemplo, la Asociación Española de Pediatría, la Sociedad Argentina de Pediatría o la American Academy of Pediatrics) ofrecen guías sobre el manejo de la varicela y calendarios de vacunación.
- Organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos proporcionan información actualizada sobre la varicela, su prevención y manejo.
- Consulta la página oficial del Ministerio o Secretaría de Salud de tu país para conocer el calendario de vacunación vigente y los lineamientos específicos para la varicela.
Con estas pautas, estarás mejor preparado para reconocer los síntomas en tu bebé o niño pequeño, saber qué hacer ante un brote de varicela y cuándo buscar ayuda médica. La varicela, pese a ser una enfermedad muy contagiosa, suele resolverse de forma favorable en la mayoría de los casos. Siguiendo unos cuidados básicos y vigilando los signos de alarma, podrás acompañar a tu pequeño durante el proceso de recuperación y evitar complicaciones serias. ¡Ánimo y mucha serenidad en estos días de cuidados intensos!
(Este artículo es solo informativo y no reemplaza la consulta o el diagnóstico de un profesional de la salud. Ante cualquier síntoma preocupante o duda persistente, contacta con el pediatra.)
¿Cómo se ha redactado este artículo? Este artículo ha sido elaborado utilizando recomendaciones de expertos y extrayendo información de fuentes médicas y gubernamentales confiables, incluyendo el NHS, la Clínica Mayo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., la Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Es importante destacar que el contenido presentado en esta página no está destinado a sustituir la consulta médica profesional. Te aconsejamos que consultes a un profesional médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.