¿Cuándo empiezan a gatear los bebés? Una guía completa para estimular su desarrollo y disfrutar cada paso
La aventura de la paternidad está llena de hitos inolvidables. Uno de los momentos más emocionantes es cuando tu bebé comienza a moverse por sí mismo y descubre el mundo que le rodea con mayor autonomía. Entre los logros más esperados durante el primer año de vida está el gateo. Saber exactamente cuándo sucederá es difícil, porque cada peque es un universo único; sin embargo, conocer las señales que indican que se está preparando para gatear y descubrir cómo estimularlo puede ayudarte a acompañar este proceso con confianza y tranquilidad.
En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber para guiar a tu bebé hacia el gateo: desde la edad aproximada en la que suele ocurrir hasta los diferentes estilos de gateo y las claves para fomentar la movilidad de manera segura y divertida. ¡Sigue leyendo para convertir este emocionante aprendizaje en un recuerdo imborrable!
La importancia del gateo en el desarrollo de tu bebé
El gateo no solo representa el primer gran paso de independencia para el bebé, sino que también favorece su desarrollo motor, cognitivo y emocional. Durante esta etapa, tu pequeño no solo ejercita músculos de brazos, piernas y espalda, sino que empieza a mejorar su coordinación y orientación espacial. Además, al explorar su entorno, el bebé estimula su curiosidad, desarrolla sus sentidos y construye confianza en sí mismo.
Aunque como madre o padre seguramente te entusiasma verlo desplazarse, es esencial respetar los tiempos de tu hijo y entender que cada bebé avanza a un ritmo distinto. Algunos pueden gatear antes de los 7 meses, mientras que otros esperan hasta los 10 o 11 meses. Incluso hay pequeños que se saltan esta fase por completo y pasan directamente a levantarse y caminar.
¿A qué edad comienzan a gatear los bebés?
Muchos padres se preguntan: “¿A los cuántos meses comienza el bebé a gatear?”. Generalmente, entre los 7 y los 10 meses los bebés adquieren la fuerza y coordinación necesarias para mover su cuerpo de forma independiente. Sin embargo, esto no es una regla inquebrantable. Algunos niños pueden hacerlo a los 6 meses y otros quizá hasta los 11 o 12 meses. Es importante recordar que cada bebé es diferente.
Lo que sí es clave es estar pendiente de que tu peque progrese de manera natural en el uso de sus extremidades y su tronco. Si notas que tu bebé no muestra ningún interés por moverse o que parece tener dificultades para coordinar piernas y brazos, es recomendable consultar al pediatra para despejar dudas y asegurar que todo marcha bien en su desarrollo general.
Importante: Evita las comparaciones con otros bebés. Cada uno evoluciona a su propio ritmo. Lo mejor es centrarte en acompañar a tu hijo, observar su progreso y celebrar cada pequeño logro.
Señales de que tu bebé se está preparando para gatear
Antes de lanzarse a la exploración total, el bebé va experimentando distintas posturas y movimientos que le permiten fortalecer los músculos de cuello, espalda y piernas. Estas son algunas señales de que podría estar cada vez más cerca de gatear:
- Movimiento constante al estar tumbado
Cuando el bebé está boca arriba o boca abajo, comienza a mover sus extremidades enérgicamente, como si quisiera impulsarse para alcanzar objetos o simplemente para cambiar de posición. - Alzar la cabeza y arquear el cuello
Durante el “tummy time” o tiempo boca abajo, observa cómo tu peque levanta la cabeza para mirar a su alrededor. Esto fortalece los músculos del cuello y la espalda, habilidades fundamentales para gatear. - Agarrarse los pies
Al estar boca arriba, muchos bebés descubren sus pies y se entretienen agarrándolos. Este gesto sencillo también fortalece el abdomen y la flexibilidad de las piernas. - Rodarse de un lado a otro
Uno de los pasos previos al gateo es el volteo: pasar de boca arriba a boca abajo (y viceversa) sin esfuerzo. Esta habilidad indica que sus músculos y reflejos están mejorando. - Balancearse sobre manos y rodillas
Una vez que tu bebé se coloca en posición de “cuatro patas”, suele comenzar a mecerse adelante y atrás. Este movimiento de balanceo es un precursor claro del gateo. - Impulsarse hacia atrás en lugar de hacia delante
Al principio, muchos bebés se empujan sin querer hacia atrás. Aunque te parezca que retroceden en lugar de avanzar, esta es una excelente señal de que están experimentando con su cuerpo y descubriendo cómo se mueven. - Hacer fuerza con las rodillas para impulsarse
Cuando tu pequeño logre “cavar” con sus rodillas y lanzarse hacia adelante, sabrás que el gateo está muy cerca. Además, podrá comenzar a arrastrarse si eso le resulta más sencillo.
Cuando observes estas señales, mantente cerca y asegúrate de que tu bebé se encuentre en un entorno seguro y supervisado. Nunca lo dejes solo en superficies altas o inestables; lo ideal es colocarlo en el suelo, preferiblemente sobre una superficie limpia y cómoda, para que pueda experimentar sin peligro.
Diferentes estilos de gateo
¿Sabías que existen varios estilos de gateo? Cada bebé encuentra la manera que mejor se adapta a sus habilidades y preferencias. Aquí te presentamos algunos de los más comunes:
- Gateo clásico
El bebé se apoya en manos y rodillas y avanza moviendo simultáneamente un brazo y la rodilla opuesta. Es la imagen más típica de gateo: rodillas y palmas de las manos tocando el suelo, con un patrón de movimientos bien coordinado. - Gateo de oso
En esta modalidad, el peque mantiene las rodillas y codos rectos, levantando un poco más el cuerpo del suelo y apoyándose en manos y pies. Imagina que tu bebé camina como un pequeño osito con el trasero elevado. - Gateo sobre la barriga
También se le conoce como “arrastre”. El bebé se desliza literalmente sobre el vientre, impulsándose con los brazos y, a veces, ayudándose con las rodillas o los pies para avanzar. - Deslizamiento del culito
Algunos bebés avanzan sentados, impulsándose con las manos mientras se deslizan con el trasero. Es menos frecuente, pero totalmente normal. - Gateo de cangrejo
Aquí, el peque se mueve hacia atrás o hacia los lados, usando manos y pies para impulsarse. Es una forma curiosa de desplazarse y no hay por qué preocuparse si es su estilo predilecto. - Rodamiento
Hay bebés que, en lugar de gatear, prefieren rodar de un lugar a otro. Es otra forma de moverse y explorar antes de pararse y caminar.
No existe un método “correcto” o “incorrecto” de gatear. Lo importante es que el bebé logre trasladarse de un punto a otro y ejercite su coordinación. Con el tiempo, si decide caminar sin gatear tradicionalmente, también es válido. Lo esencial es respetar cada modalidad y asegurarse de que su desarrollo avanza sin problemas.
Cómo estimular a tu bebé para gatear
Para fomentar el gateo, lo fundamental es ofrecer a tu pequeño oportunidades de exploración y juego en un espacio seguro. Aquí tienes algunas ideas para lograrlo:
- Uso frecuente del “tummy time”
Desde los primeros meses, es aconsejable colocar al bebé boca abajo sobre una superficie firme y acolchada, siempre vigilándolo. De este modo, ejercitará el cuello, los brazos y la espalda. Incrementa gradualmente el tiempo que pasa en esta posición. - Colocar juguetes llamativos fuera de su alcance
Si el bebé está en el suelo, un poco incorporado en cuatro patas, coloca un juguete colorido o un objeto que despierte su curiosidad a unos centímetros de distancia. Esto lo motivará a intentar desplazarse hacia adelante. - Crear pistas de obstáculos
Coloca almohadas, cojines o cajas ligeras en el suelo. Anima a tu peque a superar esos obstáculos para alcanzar su juguete favorito. Este ejercicio fortalece la musculatura y mejora la coordinación. - Fomentar el juego interactivo
Siéntate a cierta distancia de tu bebé con un peluche o sonajero y anímalo a llegar hasta ti. Además, puedes mostrarle cómo gateas tú mismo para que te imite: a veces, las demostraciones directas son muy efectivas. - Evitar la frustración excesiva
Si notas que tu hijo se cansa, se enoja o se frustra porque no logra alcanzar el objeto, permítele un descanso. Forzar la situación puede desmotivarlo. El gateo debe ser una aventura divertida, no una obligación. - Proporcionar superficies seguras y confortables
El piso es el lugar ideal para practicar. Retira objetos peligrosos y cubre las esquinas afiladas de los muebles. Asegúrate también de que haya suficiente espacio y de que el suelo esté limpio para que el bebé pueda moverse sin riesgos.
Seguridad y adaptación del hogar
A medida que tu bebé adquiera más destreza en el gateo, su curiosidad por recorrer cada rincón de la casa aumentará. Este es el momento perfecto para proteger tu hogar y prevenir accidentes. Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Cubre enchufes y esconde cables
Los enchufes pueden ser muy atractivos para los bebés, y los cables, un peligro latente. Existen protectores específicos para tapar tomas de corriente y mantener los cables recogidos. - Fija muebles pesados y estables
Librerías, cómodas o mesas que puedan volcarse deben anclarse a la pared. Asegúrate de que cualquier mueble sea resistente a empujones o tirones del peque. - Retira objetos pequeños del alcance
Botones, monedas, piezas de juguetes pequeños… Todo esto puede ser peligroso si el bebé se lo lleva a la boca. Haz una revisión exhaustiva de tu sala y habitaciones. - Instala barreras de seguridad
Si tu vivienda tiene escaleras o áreas que prefieres mantener fuera del alcance del bebé, coloca barreras para protegerlo. Verifica que estas sean resistentes y difíciles de abrir para el niño. - Vigila constantemente
Aunque tengas la casa a prueba de bebés, la mejor prevención es tu supervisión. Nunca dejes solo a tu peque mientras gatea a menos que esté en un lugar 100% seguro (por ejemplo, en su cuna o un corralito especial).
¿Qué pasa si tu bebé no gatea como esperabas?
Es común que los padres se preocupen si, llegada cierta edad, el bebé no gatea o parece usar un estilo diferente al “normal”. Ten presente que:
- Algunos bebés se saltan el gateo: No todos pasan por esta fase. Es totalmente normal que un niño aprenda a ponerse de pie y a caminar sin haber gateado de forma típica.
- Variaciones de gateo: Como ya hemos mencionado, hay varias formas de gatear. Gatear hacia atrás, deslizarse sobre la barriga o apoyarse en un solo brazo son variantes que muchos peques eligen temporalmente.
- Consulta al pediatra si: Sospechas que hay un problema de coordinación, el bebé parece usar siempre un solo lado del cuerpo o si a los 12 meses no muestra señales de movilidad. El médico podrá evaluar su desarrollo y descartar cualquier complicación.
En la mayoría de los casos, no hay motivo de preocupación. Lo ideal es brindar a tu peque un ambiente estimulante y seguro, observando si progresa en el fortalecimiento y la exploración. Cada bebé marca su propio ritmo.
Preguntas frecuentes sobre el gateo
- ¿Cómo puedo enseñar a mi bebé a gatear?
No se trata tanto de “enseñar” como de propiciar las condiciones ideales para que el gateo surja de manera natural. Juega en el suelo con tu bebé y coloca sus juguetes favoritos fuera de su alcance para motivarlo a acercarse. También puedes demostrar cómo lo harías tú, gateando y riendo con él para que imite tus movimientos. - ¿Debo preocuparme si mi bebé no gatea “bien”?
Muchos padres se inquietan al ver que su hijo gatea de manera inusual. Sin embargo, no suele ser un problema mientras el bebé mantenga un progreso motor y use ambos lados del cuerpo. Observa si coordina brazos y piernas y, en caso de dudas, conversa con tu pediatra. - ¿El gateo influye en el aprendizaje de la marcha?
Gatear es muy beneficioso ya que fortalece la musculatura y mejora la coordinación, preparándolo para los pasos posteriores de ponerse de pie y caminar. Pero no todos los bebés gatean antes de caminar, y eso no necesariamente supone un retraso en su desarrollo. - ¿Es peligroso dejar a mi bebé gateando sin supervisión?
Los accidentes pueden suceder en cualquier momento. Si bien es ideal dar libertad de movimiento, es indispensable vigilar al bebé o asegurar un espacio totalmente seguro (por ejemplo, con barreras, juguetes adecuados y supervisión a través de una cámara –aunque nada sustituye la presencia de un adulto–). - ¿Cómo reaccionar si se frustra al no poder alcanzar un juguete?
La frustración es parte del aprendizaje. Si ves que se enfada mucho, intenta animarlo con tu voz y ayúdalo un poco acercándole el juguete, o simplemente permítele un momento de descanso y distráelo con otra actividad.
Vivir el momento y disfrutar el proceso
Uno de los consejos más valiosos que pueden recibir los padres es disfrutar de cada etapa del desarrollo de sus hijos. Cuando el bebé empieza a gatear, se abre ante él un panorama totalmente nuevo. Es un logro del que sentirse muy orgulloso y un paso más hacia su independencia.
Como madre, padre o cuidador, acompáñalo con paciencia y empatía. Estos momentos de descubrimiento y emoción se quedarán grabados en tu memoria. Aprovecha para conectar con tu peque a través del juego, los estímulos sensoriales y la alegría compartida. Recuerda que el gateo no se trata solo de desplazarse, sino de descubrir el mundo que hay más allá de su cuna o su mantita de juegos.
Consejos adicionales para fortalecer la relación con tu peque durante el gateo
- Comparte el suelo con él: Ponerte a su misma altura crea un ambiente de confianza y hace que el bebé se sienta más acompañado.
- Habla y canta mientras gatea: Tu voz lo estimula a avanzar y le aporta seguridad. Cantarle canciones o contarle historias puede resultar muy motivador.
- Celebra sus logros: Cada avance, por pequeño que sea, merece una sonrisa y unas palabras de ánimo. Tu emoción es el mejor refuerzo.
- Evita la sobreestimulación: Aunque los juguetes y obstáculos son útiles, demasiados pueden abrumarlo. Mantén un equilibrio para que explore con curiosidad, pero sin sentirse sobrepasado.
- Registra el momento: Si te resulta posible, toma fotografías o videos del bebé gateando. En el futuro, será un recuerdo invaluable tanto para ti como para él.
¿Y después del gateo?
Después de que tu peque domina el arte de gatear, lo más probable es que comience a ponerse de pie apoyándose en muebles o en tus piernas. Este es el preludio de lo que vendrá posteriormente: sus primeros pasos. Puedes ayudarlo a reforzar su equilibrio y fuerza sosteniéndolo de las manitas, ofreciéndole juguetes de empuje o permitiéndole sujetarse a superficies estables.
Algunos niños dan sus primeros pasos cerca de su primer año de vida, mientras que otros prefieren tomarse más tiempo. No hay una regla universal. Lo importante es ofrecer entornos seguros y motivantes para que, cuando esté listo, se lance a caminar sin riesgos.
Conclusión
El gateo es una de las etapas más emocionantes en el desarrollo de tu bebé. Si bien puede ocurrir en torno a los 7-10 meses, cada pequeño es un mundo y no existe una edad exacta o una forma “correcta” de gatear. Lo más relevante es que tu hijo disponga de un espacio protegido, libre de peligros, y cuente con tu compañía y estímulos positivos para animarlo a explorar.
Observar cada señal de preparación –desde levantar la cabeza al estar boca abajo hasta balancearse sobre manos y rodillas– te permitirá acompañar su progreso con seguridad. Colocar juguetes un poco lejos, idear circuitos sencillos y celebrar cada avance son estrategias eficaces para motivar al bebé sin sobrecargarlo. Igualmente, recuerda que hay diversos estilos de gateo y que no todos los niños pasan por esa fase. Si detectas algo inusual, como poca movilidad o falta de coordinación, consulta con el pediatra para quedarte tranquilo.
En definitiva, el gateo no es solo un modo de desplazarse, sino una vía de descubrimiento del mundo y de fortalecimiento de sus habilidades motrices y cognitivas. También es un momento inigualable para estrechar tu vínculo con tu peque, pues cada logro, cada caída y cada intento forman parte de ese proceso de aprendizaje que tú tienes la suerte de presenciar.
¡Aprovecha al máximo esta etapa y guarda cada uno de estos recuerdos en tu corazón y, si quieres, en tu cámara! Pronto, tu bebé querrá ponerse de pie y dar sus primeros pasos. Así que disfruta de cada movimiento, cada sonrisa y cada muestra de asombro ante los descubrimientos que hace en su día a día. El gateo es solo el comienzo de una larga lista de aventuras que compartirá contigo.
(Este artículo es solo informativo y no reemplaza la consulta o el diagnóstico de un profesional de la salud. Ante cualquier síntoma preocupante o duda persistente, contacta con el pediatra.)
¿Cómo se ha redactado este artículo? Este artículo ha sido elaborado utilizando recomendaciones de expertos y extrayendo información de fuentes médicas y gubernamentales confiables, incluyendo el NHS, la Clínica Mayo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., la Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Es importante destacar que el contenido presentado en esta página no está destinado a sustituir la consulta médica profesional. Te aconsejamos que consultes a un profesional médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.