Los primeros días y semanas de vida de un bebé pueden estar llenos de dudas para cualquier madre o padre. Entre las consultas más frecuentes, destaca la preocupación por los gases, el estreñimiento y el llanto inconsolable que a menudo acompañan estas molestias. Si te preguntas si deberías cambiar la leche adaptada para aliviar el estreñimiento de tu recién nacido, es importante comprender primero cómo funciona el sistema digestivo de los bebés y qué factores influyen en sus deposiciones. A continuación, profundizaremos en este tema para ofrecerte información valiosa y ayudarte a tomar la mejor decisión posible.
Comprender los gases y el estreñimiento en los recién nacidos
Los problemas con los gases, quejidos y dificultad para defecar son comunes tanto en bebés alimentados con leche adaptada como en aquellos que toman leche materna. En la mayoría de los casos, estos síntomas se deben a la inmadurez del sistema digestivo. El tracto intestinal de tu bebé aún está aprendiendo a procesar los nutrientes, y durante este proceso, se generan gases que pueden acumularse y causar molestias.
Por otro lado, un bebé ansioso por alimentarse suele tragar aire al succionar, ya sea del pecho o del biberón. Este aire adicional puede quedar atrapado en el estómago y los intestinos, dando lugar a la formación de gases. En consecuencia, los bebés se retuercen, lloran e incluso pueden parecer irritables. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se trata de un proceso normal que va mejorando gradualmente a medida que el sistema digestivo madura.
¿Cuándo es preocupante el estreñimiento?
Aunque las deposiciones de los recién nacidos pueden variar mucho en cuanto a frecuencia y consistencia, es importante observar ciertas señales que podrían indicar un problema mayor. Si tu bebé lleva varios días sin defecar, se muestra cada vez más irritable y hace esfuerzos exagerados para intentar evacuar sin éxito, es recomendable prestar atención. También resulta esencial comprobar si las heces son excesivamente duras o si el bebé presenta dolor notorio al defecar.
En la mayoría de los casos, un estreñimiento leve se soluciona con cambios sencillos en la rutina, como ofrecerle pequeñas cantidades de agua o asegurarse de que el bebé eructe con frecuencia durante las tomas. No obstante, si notas que tu bebé no se está alimentando bien, pierde peso o se muestra excesivamente molesto, es momento de consultar con el pediatra para descartar un problema subyacente.
¿Es necesario cambiar la leche adaptada?
Muchas madres y padres se plantean cambiar la leche adaptada en cuanto aparecen los primeros signos de estreñimiento. Sin embargo, esta decisión no siempre es la solución definitiva. En ocasiones, el cambio de fórmula puede ayudar si existe una sensibilidad específica a algún componente, como las proteínas de la leche de vaca. Pero en la gran mayoría de los casos, el estreñimiento y los gases forman parte de un proceso natural relacionado con la madurez intestinal del bebé.
Antes de realizar cambios drásticos en la alimentación de tu pequeño, considera otras estrategias que puedan ayudar a aliviar las molestias digestivas. Vale la pena probar distintos métodos que favorezcan la expulsión de gases y la regulación del tránsito intestinal. Además, siempre es aconsejable consultar con el pediatra antes de cambiar de leche, ya que el profesional de la salud podrá orientarte mejor y descartar otras causas.
Estrategias para aliviar los gases y el estreñimiento
- Seleccionar un biberón y tetina adecuados:
Algunos biberones cuentan con sistemas anticólicos o diseños que ayudan a reducir la cantidad de aire que el bebé traga durante la toma. Asimismo, la forma o el tamaño de la tetina pueden influir en la velocidad con la que el bebé succiona, lo que a su vez puede afectar la formación de gases. - Ofrecer sorbos de agua:
Unos pocos sorbos de agua tibia (previa consulta con el pediatra y sin exceder las cantidades recomendadas) pueden contribuir a mantener las heces blandas y facilitar la evacuación. Además, un poco de agua puede favorecer el eructo del bebé, liberando parte del aire atrapado en el estómago. - Hacer que eructe con frecuencia:
Interrumpir la toma cada pocos minutos para ayudar a tu bebé a eructar puede resultar de gran ayuda. Ponlo en posición vertical, apoyado en tu hombro, y da suaves palmaditas en su espalda. Esto puede prevenir la acumulación de aire en el estómago y, por ende, reducir el malestar. - Practicar el “tummy time” o tiempo boca abajo:
Colocar al bebé boca abajo mientras está despierto y bajo supervisión puede favorecer la expulsión de gases. El leve masaje que ejerce la superficie sobre el vientre al moverse estimula el tránsito intestinal. Recuerda, no dejes nunca a tu bebé boca abajo sin supervisión para evitar riesgos. - Masajes abdominales suaves:
Realizar movimientos circulares con la palma de la mano sobre el abdomen de tu bebé, ejerciendo muy poca presión, puede aliviar la tensión y facilitar la expulsión de gases. Asegúrate de que tus manos estén calientes y de que tu bebé se sienta cómodo durante el masaje.
La madurez del sistema digestivo
A medida que los bebés crecen, su sistema digestivo se fortalece y aprende a procesar mejor los alimentos. Por ello, muchos de los trastornos que causan incomodidad durante los primeros meses de vida van desapareciendo de manera natural. Los cólicos, los gases y el estreñimiento a menudo se presentan de manera recurrente hasta que el bebé cumple unos tres o cuatro meses, momento en el cual suelen mejorar considerablemente.
Esto no significa que no debas prestar atención a sus señales de malestar, sino que conviene tener paciencia y comprender que gran parte de este proceso es algo transitorio. Mantener una rutina de alimentación adecuada, favorecer la expulsión de gases y observar la evolución del bebé son claves para atravesar esta etapa de la mejor manera posible.
Consultar con el pediatra en caso de duda
Si tu bebé presenta síntomas que te preocupan, se rehúsa a comer o se muestra irritable con mayor frecuencia, no dudes en hablar con el pediatra. Un profesional de la salud podrá evaluar el estado general del bebé, su alimentación y su desarrollo para identificar si existe alguna causa subyacente que requiera atención especial. Además, te orientará sobre la conveniencia de cambiar la leche adaptada o buscar otro tipo de fórmula (por ejemplo, fórmulas hipoalergénicas o hidrolizadas) en caso de sospechar una intolerancia o alergia a las proteínas de la leche.
Paciencia y perseverancia
La maternidad y la paternidad están llenas de pequeñas y grandes decisiones. En cuanto al estreñimiento y los gases, la mayoría de las veces se resuelven de forma natural a medida que el bebé crece y su sistema digestivo madura. Cambiar la leche adaptada puede ayudar en algunos casos específicos, pero lo más importante es mantener un entorno de calma, revisar la rutina de alimentación y brindar las atenciones necesarias para asegurar que tu bebé se sienta cómodo y protegido.
Recuerda: cada bebé es único y lo que funciona para uno podría no funcionar para otro. Observa las señales que te da tu pequeño, mantén una comunicación fluida con tu pediatra y aplica las recomendaciones básicas para aliviar los gases y el estreñimiento. Con paciencia, perseverancia y la orientación adecuada, tu bebé seguramente superará esta etapa con éxito.
En conclusión, si tu recién nacido tiene estreñimiento, cambiar la leche adaptada no siempre es la primera opción. Antes de tomar esa decisión, prueba otras estrategias para aliviar las molestias digestivas y asegúrate de que el bebé eructe con frecuencia, tome un poco de agua (según las indicaciones del pediatra) y disfrute de tiempo boca abajo bajo supervisión. Si los síntomas persisten o empeoran, consulta con tu profesional de confianza para recibir un asesoramiento personalizado. Con cuidados adecuados y la maduración natural de su sistema digestivo, tu bebé podrá sentirse mejor y disfrutar de esta etapa tan especial en su vida.
(Este artículo es solo informativo y no reemplaza la consulta o el diagnóstico de un profesional de la salud. Ante cualquier síntoma preocupante o duda persistente, contacta con el pediatra.)
¿Cómo se ha redactado este artículo? Este artículo ha sido elaborado utilizando recomendaciones de expertos y extrayendo información de fuentes médicas y gubernamentales confiables, incluyendo el NHS, la Clínica Mayo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., la Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Es importante destacar que el contenido presentado en esta página no está destinado a sustituir la consulta médica profesional. Te aconsejamos que consultes a un profesional médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.